Entrevista a Lautaro León.
Lautaro León es psicólogo general sanitario. Ha trabajado con las familias y los menores afectados por el volcán de La Palma en Los Llanos de Aridane. Actualmente realiza terapia online (tanto de España como otros países) y presencial en Tenerife. Es un profesional muy claro, empático, cercano y comunicativo. Nuestra directora Ileana Álvarez ha hablado con él acerca de la necesidad de un acompañamiento psicológico a las personas que atraviesan un procedimiento judicial como un divorcio, una situación conflictiva en el ámbito laboral, entre otras.
Como abogada me sucede que muchos clientes llegan a mi despacho en un estado de perturbación mental que les impide pensar con tranquilidad y tomar las decisiones más adecuadas para su vida personal o sus intereses económicos. En consecuencia, buscan en el abogado prácticamente un psicólogo. Por más buena intención que tengamos de ayudar, nuestro trabajo no es el de ser psicólogos ya que no es nuestra profesión. Es por ello, que he pensado que sería muy interesante poder brindar al cliente un servicio de atención psicológica que le permita poder afrontar la situación por la que está atravesando y poder decidir de forma consciente y calmada, sin dejarse llevar por estados emocionales que podrían perjudicar o influir en su toma de decisiones.
Como psicólogo en ejercicio ¿crees que sería beneficioso ofrecer algún tipo de ayuda emocional o psicológica al cliente que acude a un despacho de abogados?
Creo que lo que propones podría ser beneficioso para el cliente ya que en el ámbito judicial cada decisión es crucial y da paso a consecuencias que en muchas ocasiones pueden ser determinantes para el desarrollo personal de una persona, una empresa, un matrimonio o una familia.
Si bien es cierto que desde nuestra rama no existe un asesoramiento tan directivo, ya que las decisiones vitales deben ser tomadas siempre por la persona, sin embargo, respecto a esos niveles de “distrés” o incluso ansiedad elevada en las que se pueden encontrar los clientes cuando acuden al abogado, si que se podría programar sesiones donde ayudar a autorregular los niveles de activación fisiológica de la persona para que el costo del proceso judicial tenga el menor porcentaje de repercusiones negativas en su salud mental.
Además, ya sea durante o después del proceso judicial en el que está envuelto el cliente, si podría considerarse, después de ver el caso en concreto, las demandas y objetivos de la persona, la posibilidad de comenzar un proceso terapéutico.
¿Cuál es tu experiencia y los ámbitos en los que te estás desempeñando como psicólogo ?
Yo soy psicólogo general sanitario, que es el nombre que se le da a los psicólogos que se especializan en el ámbito clínico. Es importante saber que para tratar una patología del área de salud mental (ya sea depresión, ansiedad generalizada, bipolaridad etc) legalmente sólo un psicólogo/a clínico (que trabaja en servicios públicos como hospitales) o general sanitario (en gabinetes, clínicas y empresas privadas) tiene el permiso legal para diagnosticar e intervenir en pacientes.
Aparte del área de salud, también recientemente he trabajado en el área social. En concreto formé parte del equipo de atención a las familias y menores afectados por el volcán de La Palma en Los Llanos de Aridane. Fue una experiencia muy enriquecedora, con unas compañeras maravillosas, en el cual realizamos acompañamiento psicosocial a las familias en sus procesos de readaptación tras semejante catástrofe comunitaria.
Yo nací en Argentina y viví muchos años allí y me he criado con una concepción del psicólogo diferente a la que observo que existe aquí en España. Allí, ir al psicólogo tiene cierto caché, pero aquí noto que se considera como un estigma. Me ha sucedido a veces que he sugerido a mis clientes acudir a un psicólogo o psicóloga y he notado cierta reticencia a ello. A veces tienen la concepción (y por palabras propias de un cliente) de que acudir al psicólogo es sinónimo de “estar loco”.
¿Cómo crees que sería posible sugerir a los clientes la posibilidad de acudir a una ayuda psicológica?
Lo que comentas lo encuentro especialmente interesante, ya que yo también nací en Argentina aunque mi familia y yo nos mudamos cuando era muy pequeño y mi crianza está marcada por un contexto cultural español más que argentino.
Creo que en línea general (salvando la presencia en la 2º mitad del siglo XX de una connotación más integrada de acudir a terapia como ocurrió con el psicoanálisis en Argentina y en algunos otros países europeos) venimos de una gran estigmatización del reconocimiento público de requerir ayuda en cuanto a nuestra salud mental se refiere.
La falta de visibilidad en los medios de psicoterapia dirigida para personas sanas ( y no sólo para personas hospitalizadas en centros psiquiátricos de los años 30s, dónde no había respeto ni dignidad hacia los pacientes como nos ha educado Hollywood) ha creado una especie de ocultismo a revelar los cambios que sufre nuestra salud mental y por consecuencia, poder aceptar que necesitamos ayuda y terminar acudiendo a psicoterapìa.
A pesar de que todo avance puede convertirse en un arma de doble filo (como sucede con el acceso de internet a la información pero también a la desinformación), creo que sí se puede rescatar una mayor visibilidad y normalización de salud mental gracias a las redes sociales y a las nuevas generaciones de personajes públicos en comparación con 20 años atrás, dónde a comienzos de los 2000s, utilizar insultos que afectará a la identidad de la persona o a su salud mental estaban normalizados y nadie lo cuestionaba.
Una forma de sugerirles acudir a esa primera sesión, es transmitir que todos podemos (y nos convendría) acudir a chequear nuestra salud mental en ciertos momentos de nuestra vida, ya que la mejora en ésta dimensión se verá reflejada en todos nuestros ámbitos vitales.
Acudir al psicólogo no nos convierte en personas menos válidas, de hecho, en las familias se ha estudiado que los miembros que han acudido o acuden a terapia suelen ser las personas que gozan de un mejor estado de salud mental en comparación con quienes se niegan a acudir a pesar de necesitarlo.
Considero que sería interesante ofrecerlo sobre todo en asuntos de divorcios, separaciones, o guardia y custodia de menores. ¿De qué forma crees que se podría ayudar a este tipo de clientes?
En consulta es común que lleguen matrimonios o familias con hijos, los cuales muchas veces están participando al mismo tiempo en procesos legales.
Creo que sí sería beneficioso ofrecerlo a este sector en concreto ya que más allá de quién tiene la custodia, del divorcio o cualquier otro tipo de cambio en ese sistema familiar, si hay permiso y voluntad mutua de los tutores legales (y ningún miembro se encuentra en peligro por la presencia de otro miembro), mejorar la relación y comunicación de las partes adultas siempre será beneficioso en el desarrollo psicológico de los menores involucrados.
¿A partir de qué edad pueden los menores acudir a un psicólogo?
No existe una edad pautada, existen áreas de especialidad de psicología infantil e incluso perinatal (que abarca el embarazo, la fase del nacimiento y posterior), sin embargo normalmente con el desarrollo del lenguaje del niño/a, pueden acudir alrededor de los 4 años a consulta.
Algo sumamente importante es que cuando acuden menores de edad, en el caso de tener padres divorciados, legalmente es obligatorio la firma de consentimiento de ambos progenitores. De lo contrario, nosotros como psicólogos no podríamos comenzar el tratamiento a ese niño/a.
Otros casos en los que también me surge recomendar un tratamiento psicológico es en los casos de violencia de género? Muchas veces las víctimas no son conscientes de que necesitan ayuda psicológica. En estos casos que suelen ser muy delicados por la situación en la que se encuentran las víctimas, ¿de qué forma crees que sería posible sugerir que pidan ayuda psicológica?
En estos casos en específico, en España lo que se recomienda es activar protocolos de protección a las víctimas. Existen unidades especializadas en los casos de violencia de género, que poseen diferentes equipos multidisciplinares (abogados, trabajadores sociales, psicólogos…), que ponen todos los recursos y activan protocolos de protección, asesoramiento y acompañamiento con la finalidad de otorgar seguridad, protección y empoderamiento a la ciudadana y a sus hijos.
En Canarias , este servicio público es ofrecido por el Gobierno de Canarias, en concreto por el Instituto Canario de Igualdad. Existe el DEMA (Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas).
Y ahora, la pregunta más incómoda que siempre nos hacen los clientes: ¿Esto cuánto me va a costar? Estamos hablando de que los clientes no solamente tendrían que abonar el coste de honorarios de abogados y otros costes de un procedimiento judicial, sino que además tendrían que abonar los costes de un psicólogo. En esto creo que se complica más porque ya de por sí es difícil tomar la decisión de consultar a un psicólogo/a, se agrava si encima tengo que pagar por ello. ¿Cómo crees que se podría hacer para ofrecer un servicio integral de acompañamiento terapéutico mientras dure el procedimiento legal sin que implique altos costos económicos para el cliente?
Todavía en España existe una lucha por parte de la comunidad de Salud dónde se pide un mayor número de profesionales en el ámbito público.
Acudir al psicólogo debería ser gratuito y lo cierto es que lo es, sin embargo, debido a la falta de números de profesionales tan grande que hay, en cada comunidad autónoma, es imposible recibir un tratamiento adecuado.
Una persona al comenzar el tratamiento debe acudir semanalmente o bimensualmente a consulta, con un seguimiento y tratamiento que puede durar varios meses. Sin embargo en la sanidad pública española la realidad es que se es atendido de forma exprés (menos de media hora en ocasiones cuando la duración de una sesión está alrededor de una hora) y las citas son cada 3 o 5 meses (entre una sesión y la siguiente).
Por lo que, si una persona debe abonar tarifas de un abogado y un psicólogo al mismo tiempo, supondría una cuantía que, para muchos españoles estaría lejos de ser asequible. Lo idóneo sería que recibieran un tratamiento público, en condiciones adecuadas de forma gratuita en su centro de salud. Existen seguros que cubren parte de la consulta psicológica.
Quizás una colaboración como la que propones (como un acompañamiento integral) sería muy beneficiosa y reduciría el coste de la tarifa total. De hecho, el trabajo en La Palma con la Organización OPCIÓN 3, tenía ese enfoque, ofreciendo a las familias un acompañamiento multidisciplinar compuesto por psicólogas, psicopedagogas, trabajadoras sociales y colaboraciones con asesores laborales y legales.
Muchas gracias por tu aporte Lautaro, espero que con tan claras respuestas podamos arrojar luz a muchos de nuestros clientes y que puedan tomar decisiones que beneficien a las diferentes áreas de su vida. ¿En caso de que algún cliente se atreva a consultar con un psicólogo dónde pueden encontrarte?
Muchísimas gracias a ti Ileana, creo que tus preguntas son muy necesarias en el panorama actual, y espero haber resuelto algunas dudas o quizás crear otras nuevas, para las cuales, a nivel social, debemos buscar respuesta entre todos.
Mi nombre en RRSS es Lautaro Psicólogo, en Instagram, donde realizo divulgación científica sobre salud mental es @lautaro.psicologo. Si algún lector está interesado en escribirme le animo a hacerlo, mi número es +34 622 33 25 74.
Me podéis consultar dudas y en el caso que estéis preparados para comenzar vuestro proceso terapéutico conmigo podemos programarlo. Un abrazo desde Canarias.
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